Las Obras de Arte que la Iglesia No Quiere que Veas

La religión constituye uno de los algoritmos más antiguos que moldean nuestra manera de pensar, actuar y sentir. Aunque estas «ficciones reguladoras» surgieron mucho antes del advenimiento del internet, su rápida propagación se vio facilitada por su control de los sistemas educativos y gubernamentales. El arte jugó un papel crucial en la inmortalización de momentos e historias relacionadas con las creencias religiosas, permitiendo que muchas personas conozcan, comprendan y teman a las deidades y sus poderes. Para ilustrar esto, me gustaría analizar distintas obras centradas en «La Masacre de San Bartolomé», no tanto por su valor pictórico y estilístico, que sin duda está presente, sino por su valor documental, como testimonio de la brutalidad a la que puede llegar el ser humano para perpetuar sistemas de creencias.

CONTEXTO HISTORICO DE LAS OBRAS

Para analizar obras de arte, es fundamental establecer un contexto histórico mínimo. Las pinturas que veremos se inspiraron en un suceso que ocurrió en Francia el 24 de agosto de 1572, una noche en la que los católicos franceses comenzaron a asesinar sistemáticamente a los protestantes, impulsados por el temor de la monarquía y la clase política católicas de perder el poder.

¿Por qué los católicos tenían problemas con los protestantes? Todo se remonta a la Reforma Protestante, un movimiento iniciado en el siglo XVI con el objetivo de reformar la Iglesia Católica. Martín Lutero, líder de la reforma, se opuso a varios aspectos que le disgustaban:

  1. La venta de indulgencias: si querías asegurarte el cielo, el Papa y su séquito cobraban una suma y estabas salvado.
  2. Que la iglesia católica fuera la única fuente de interpretación de la Biblia. Lutero básicamente argumentaba que lo importante era lo que decía el texto sagrado.
  3. La salvación provenía de la fe en Jesucristo, y no de la realización de buenas acciones.
  4. Los textos bíblicos estaban sólo en latín, un idioma que pocos manejaban, por lo que se tradujeron a otros idiomas, como el francés y el alemán.

No es difícil imaginar que al Papa, al Rey y a sus seguidores no les agradó que se abriera la posibilidad de que cualquiera pudiera leer la Biblia e interpretarla a su modo. La iglesia empezó a perder poco a poco su poder como única intermediaria entre Dios y la gente.

El peligro real para la monarquía católica residía en que los protestantes, también conocidos como hugonotes, aunque eran una minoría en rápido crecimiento, contaban con grandes recursos económicos, respaldados por la burguesía y parte de la nobleza.

Todos estos factores generaron una tensión política y religiosa que culminó en una de las tragedias más grandes de la historia francesa.

ANALISIS – 3 Escenas de La Noche de San Bartolomé por Giorgio Vasari

La primera serie de imágenes que analizaremos fue encargada por el Papa Gregorio XIII, quien, celebrando la «victoria» católica sobre los protestantes, comisionó a Giorgio Vasari una serie de frescos en conmemoración del horrendo evento. Estos frescos se encuentran en la Sala Suiza del Vaticano, que actualmente está cerrada al público, y francamente, es comprensible por qué.

Aunque existen muchas teorías sobre cómo se inició la Masacre de San Bartolomé, hay un punto indiscutible: el asesinato del almirante Gaspard de Coligny, quien influenciaba al rey y era percibido como una amenaza por los católicos más radicales, fue el detonante.

ANALISIS – La Masacre de San Bartolomé por François Dubois

El asesinato de Coligny también fue retratado por François Dubois en su obra «La Masacre de San Bartolomé» (1562-1563). Esta obra, inquietante, presenta una escena sumamente violenta en la que hombres, mujeres, niños y bebés están siendo asesinados.

Decenas de cuerpos esparcidos en el suelo rodeados de manchas de sangre, cuerpos flotando en el canal, personas siendo arrastradas fuera de sus hogares, un hombre tratando de esconderse en un tejado, otro implorando misericordia, saqueos y las formas más horrendas de dar muerte llenan un lienzo que no deja respiro.

ANALISIS – Una mañana a las puertas del Louvre por Debat-Ponsan

El siguiente cuadro que veremos pertenece a Édouard Debat-Ponsan. En él, podemos observar a Catalina de Médicis, a quien diversos historiadores señalan como la mente maestra detrás de este trágico evento, contemplando con serenidad los cadáveres en las puertas del Castillo del Louvre. A su lado, un soldado con su espada y botas ensangrentadas le rinde una reverencia en señal de respeto y tarea cumplida.

La desnudez de los cuerpos sin vida es un aspecto que siempre me ha parecido impactante. Está presente en estos cuadros, así como en otras imágenes de matanzas históricas, como las ocurridas durante el Holocausto. Esto revela no solo el deseo de los victimarios de humillar a sus víctimas, sino también la vulnerabilidad extrema de los más débiles en este tipo de sucesos.

CONCLUSIÓN:

La Masacre de San Bartolomé, inmortalizada en el arte a través de los siglos, nos recuerda la capacidad de la religión para moldear nuestras vidas y pensamientos de formas a veces extremas y brutales. Las pinturas discutidas en esta entrada no son simplemente obras de arte, son la representación tangible de un algoritmo de creencias desatado en su forma más destructiva.

A través de este análisis, intentamos ‘romper el algoritmo’, desvelando y desmantelando las narrativas que hemos aceptado sin cuestionamiento. Este episodio de la historia nos muestra que los sistemas de creencias no son intrínsecamente malos, pero se vuelven peligrosos cuando son utilizados como una herramienta de control y opresión. Cuando las ideologías se imponen por la fuerza, la diversidad y la libertad de pensamiento son las primeras víctimas.

A pesar de la trágica historia que nos cuentan estas pinturas, podemos aprender una lección valiosa: el poder de cuestionar. Es nuestra responsabilidad cuestionar las ‘ficciones reguladoras’ en nuestras vidas, en lugar de aceptarlas pasivamente. En la era de la información, tenemos la capacidad y la responsabilidad de desafiar las narrativas que se nos presentan, de buscar la verdad y de formar nuestras propias creencias.

Así que, al mirar estas pinturas, no solo vemos el derramamiento de sangre y la brutalidad. Vemos la importancia de cuestionar y desafiar los sistemas de creencias que nos imponen los demás. Este es el verdadero poder de ‘romper el algoritmo’: la capacidad de mirar más allá de lo que se nos presenta y forjar nuestro propio camino de pensamiento. Recordemos siempre esto al considerar cualquier algoritmo, sea religioso, político, social o tecnológico, y tengamos la valentía de desafiarlo cuando sea necesario.


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